Autor/a: Suzanne Collins
Saga: #0 Los Juegos del Hambre
Editorial: RBA
Páginas: 592
Cuando me enteré que se publicaba un nuevo libro del universo de Los Juegos del Hambre pero que el protagonista era el Presidente Snow, la decepción que me lleve fue brutal. No recuerdo a nadie que después de terminarse Sinsajo hace ya 10 años estuviera pidiendo la historia de Snow. Lo que pedíamos tod@s era un libro sobre los orígenes de Panem, la historia de Finnick, la de Haymitch y/o la de Johanna. Incluso algún relato corto sobre Cinna hubiera estado bien. Este libro no solo llegaba tarde sino que además, nadie lo estaba pidiendo. Nadie. Y yo menos. Así que mis ganas de leerlo eran un total de cero pero me servía como excusa para releer la trilogía original y eso fue todo un acierto. El releer los libros me dio un montón de ganas de leer cualquier cosa que estuviera dentro de este universo y así fue como me lancé de cabeza a Una Balada de Pájaros Cantores y Serpientes.
Desde la primera página que el libro me enganchó y lo he disfrutado muchísimo. Tiene un ritmo trepidante y constantemente están pasando cosas. El libro está dividido en 3 partes pero las que más he disfrutado son las 2 primeras ya que la tercera, a pesar de que da un giro inesperado, me ha parecido más lenta y el final creo que es demasiado abrupto y conveniente para el protagonista.
Eso sí, para que la gente no se lleve una decepción con este libro, tengo que advertir que esto no es una cronología de la vida de Snow como algun@s pensaban que sería. Tampoco trata sobre los orígenes de un villano. Si alguien busca en este libro simpatizar con el villano o entender por qué es malvado, se va a llevar una decepción. Esto no es ‘Snow A Través De Los Años’ ni sirve para que la gente vea que en algún momento fue buena persona. De hecho, el libro dura solo dos meses en la vida de Snow y se mantiene malvado y manipulador de principio a fin. Una Balada de Pájaros Cantores y Serpientes se tiene que enfocar como una explicación de los inicios de los Juegos del Hambre y su evolución. De cómo se ha pasado de la idea inicial, a lo que son en la edición de Katniss. De hecho, ver las diferencias entre estos juegos y los de Katniss es lo que más he disfrutado del libro.
Aquí Snow tiene 18 años y han pasado 10 desde que terminó la guerra y empezaron los primeros Juegos del Hambre. La gente aún tiene muy presente el conflicto y todavía está sufriendo las consecuencias (destrucción, pobreza, malnutrición...) y culpa a los distritos de sus penurias. El conflicto de Snow a lo largo del libro no es otro que el querer preservar el “buen nombre” de su apellido mientras su familia, compuesta por él, su abuela y su prima, sobreviven como pueden.
Trata de la vida de un chico egocéntrico del Capitolio que le da más importancia a las apariencias, que a hacer lo correcto. Para ello deberá hacer de mentor de la chica del distrito 12 en los décimos Juegos del Hambre y salir victorioso. La atracción entre él y su tributo, nunca he llegado a creer que fuera amorosa. Snow es mala persona durante todo el libro y lo único que le importa es su estatus, con lo que ve a Lucy Gray como un medio para conseguir la gloria y una vez ella cumple con su cometido, considera a Lucy Gray como algo de su posesión.
Ha sido interesante leer la historia desde el punto de vista de Snow y ver cómo razona las cosas, pero también debo advertir, que la gente del Capitolio en este libro no se asemeja a la de la trilogía original. En Los Juegos del Hambre, tanto Effie como el séquito de modistas, son descritos por Katniss como “inocentes” e incluso hay veces donde se apiada de ellos porque cree que no están en sus cabales y que no son conscientes de la realidad. En este libro la mayoría de la gente del Capitolio, no solo es cruel y malvada sino que además se regocijan de la crueldad de sus actos. Estos juegos son muy primitivos y hay varias escenas en las que lo he pasado mal leyendo ciertos comentarios o acciones inhumanas hacia los niños tributos. Los pocos que sí son buenas personas (Sejanus <3) te hacen sufrir precisamente porque ves que no puede existir alguien con buen corazón en medio de tanta maldad.
Es un libro que he disfrutado muchísimo pero es cierto que tampoco tiene una gran relevancia en lo que a historia se refiere. Sirve más para saciar la curiosidad del lector y hacer un estudio de personaje.
Dicho todo esto, me cuesta creer que Suzanne Collins no saque otro libro explicando el ascenso de Snow hasta llegar a Presidente porque solo hemos podido ver un pequeño guiño de ello en el epílogo. Solamente espero que no tengamos que volver a esperar otros 10 años para que suceda.