Título: La peste
Autor/a: Albert Camus
Saga: -
Editorial: Debolsillo
Páginas: 255
Sinopsis: Esta novela clásica de Albert Camus narra la suerte de un grupo de personas atrapadas en la ciudad de Orán cuando ocurre un brote de peste bubónica. Es una historia de horror, de supervivencia, de resiliencia y de las formas en que la humanidad se enfrenta a la muerte.
En Orán, una ciudad costera en el norte de África, la peste comienza con la aparición de miles de ratas muertas en las calles, un evento que es prácticamente ignorado por los ciudadanos, más preocupados del día y día, de sus trabajos y del placer. Poco a poco la plaga se convierte en una realidad omnipresente y absurda, conduciendo a sus víctimas a extremos casi sobrenaturales de sufrimiento, de locura y compasión.
Reseña:
‘La peste’ es una novela escrita en 1941 que narra casi de manera exacta lo que ha pasado (y sigue pasando) con el coronavirus. Camus retrata el progreso de una epidemia de peste en la ciudad de Orán, en la Argelia francesa donde el propio autor nació. La precisión con la cual describe el avance de la enfermedad y las reacciones de los ciudadanos a medida que se extiende es tan parecida a la situación actual que hasta asusta. Y aunque parezca una novela existencialista, la premisa del libro transmite cierto optimismo, algo que para nada preví antes de empezar la lectura.
Todo empieza en la década de los ‘40 con una plaga de ratas en una ciudad fea y adormecida, llena de gente solitaria que solo vive para trabajar. La enfermedad transmitida por las pulgas de los roedores comienza a causar estragos. Llegan las primeras víctimas pero la sociedad se niega a creer que exista una plaga de una enfermedad ya erradicada.
“Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas”.
Las víctimas aumentan y el gobierno impone medidas de seguridad como la limitación de la movilidad. El narrador relata los sucesos como testigo de lo ocurrido y a manera de crónica objetiva. Detalla el sufrimiento de los ciudadanos de Orán al verse presos en su propio pueblo sin poder visitar ni enviar cartas a sus familiares o enamorados. Están destinados a vivir al día, sin futuro ni esperanza, y obligados a cumplir con las restricciones impuestas por el gobierno.
La melancolía, la angustia, la esclavitud a las veleidades del tiempo, el ambiente casi de ‘vacaciones’ que se respira mientras nadie se cree la gravedad del asunto, el esfuerzo y cansancio de los profesionales sanitarios, el absurdo que supone no poder mirar al futuro… Las sensaciones que experimentan los personajes de la novela son los mismos que hemos padecido durante estos meses de confinamiento e incertidumbre.
De entre todos los efectos de la epidemia, Camus se queda con uno: la solidaridad humana, un antídoto necesario en medio del caos. Es curioso, sin embargo, cómo el autor decide darle la justa importancia a las acciones ‘heroicas’. Dando demasiada importancia a las bellas acciones se da a entender que la bondad tiene valor porque es escasa y, por lo tanto, que las malas acciones son más frecuentes. El narrador se opone a esta opinión.
“El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad. Los hombres son más bien buenos que malos, y, a decir verdad, no es esta la cuestión. Solo que ignoran la virtud o vicio, ya que el vicio más desesperado es el vicio de la ignorancia que cree saberlo todo y se autoriza entonces a matar”.
“Sé que el hombre es capaz de acciones grandes, pero si no es capaz de un gran sentimiento no me interesa. Estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo; sé que eso es muy fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama”.
Con frases como la anterior, juntamente con algunas reflexiones sobre la libertad individual y la lucha contra la opresión, y con la biografía del autor (formó parte de la resistencia francesa en la ocupación nazi), se puede comprender el doble sentido que tenía la epidemia relatada en el momento que Camus escribió la novela. ‘La peste’ es una alegoría del nazismo y la buena voluntad de los protagonistas representan a la resistencia.
La peste, además, es la metáfora de la opresión individual y de la batalla interna ante el absurdo de la vida, ante la estupidez y la injusticia, que solo se puede sobrellevar con una buena dosis de rebeldía y humanidad.